Los orígenes del tenedor nos llegan de Constantinopla hacia inicios del siglo IX, cuando la hija del emperador de Vizancio lo introducía a Europa con motivo de su boda con algún noble italiano.
Los europeos de la época tomaron al pobre tenedor como un instrumento diabólico pues sus puntas eran similares al tridente del diablo. No fue sino hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX que el tenedor se popularizó en Europa.
Los primeros tenedores eran rectos y contaban con solo dos dientes, los accidentes con tenedores eran muy comunes en la época y me imagino que más de uno lo utilizaría como arma en caso de una creativa necesidad. Recién en el siglo XVIII un italiano de apellido Spadaccini agrego el cuarto diente y les dio una forma curva de manera a que los comensales no cambiaran constantemente a la cuchara para levantar salsas etc.
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