El Carmenere es uno de esos grandes descubrimientos de la humanidad. Era un uva tinta de la región de Burdeos. A mediados del siglo XIX, una epidemia de filoxera elimina las uvas de las viñas francesas por lo que esta variedad se consideraba extinta hasta hace apenas unos años.
En el año 1994 Jean-Michele Bourisquot nota una irregularidad con algunas parras de Merlot chileno y haciéndola corta, redescubre el Carmenere.
El Carmenere tiene un color rojo muy intenso; se notan mucho los sabores a frutas rojas maduras, chocolate y algo de picor.
Acompaña perfecto con carnes, pastas y salsas a base de tomates.
Hoy el Carmenere se presenta como el nuevo emblema chileno.
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