16 junio, 2017

¿Cuál es el mejor vino?




Es una pregunta que siempre nos hacen a los que trabajamos en este noble oficio que es el de vender vinos. La respuesta es fácil: no existe un mejor vino, existen vinos para cada momento, y aunque creas que un vino es el peor de todos, incluso ese, puede resultar interesante dependiendo del momento y el lugar. 




La cantidad de vinos en el mundo es increíble, solamente manejando la cantidad de variedades de vid cultivadas en la tierra nos daríamos cuenta que calificar a un vino como el mejor de todos es una empresa difícil, si no imposible, sobre todo porque la respuesta siempre tendrá un sesgo subjetivo. Lo que creo que debemos saber es cuales son las diferencias entre un vino u otro, para así utilizarlo dependiendo del momento. Es importante en ese sentido saber que en el "Nuevo Mundo"diferencia sus vinos por varietales. Por una cuestión de mercadeo en países como Estados Unidos, Argentina, Chile o Nueva Zelanda, etc lo que importan son las variedades, de alguna forma, una zona tan heterogénea y relativamente nueva, necesitaba resaltar cuales eran sus vinos de calidad, y fue entonces cuando surgieron las variedades como diferenciadores de ese renombre que la historia, o la historicidad, no les podía dar. Sin embargo en Europa siempre fue diferente. Las Denominaciones de Origen, o el origen geográfico de un producto determinado, siempre fue mas importante que todo. El concepto de terroir es vertebral en el Viejo Mundo. Por terroir entendemos que es el compendio de factores geo-climáticos y culturales que se desarrollan en una zona determinada. En las etiquetas de los vinos europeos no solemos ver las variedades de uva –aunque cada vez se estila más ponerlas-. Esto es porque no hace falta. Si vemos, por ejemplo, un vino etiquetado como Côte Du Rhone, deberíamos saber que está elaborado con un coupage de Syrah, Garnacha y Mourdevre (monastrell) o casi media docena de variedades más entre las que están la Cinsoult, Carignan o Garnacha Gris. Si tenemos un Rioja, probablemente sea un blend de Tempranillo, graciano, garnacha y maturana. Lo importante no es el blend o si es mono-varietal, lo importante es que es un Rioja, y se supone que esto basta para entender cual es el estilo de vino que vamos a consumir.

 Sin embargo, el concepto de variedad noble en América es crucial. Las variedades nobles son aquellas que da un vino con las mismas características independientemente del lugar donde fueron cultivadas y provienen normalmente de zonas francesas en su mayoría de renombre mundial. La Cabernet Sauvignon, la Merlot o la Chardonnay son variedades nobles, entre otras, y dan vinos de mucha calidad, casi en cualquier parte, sin embargo la sorpresa la dieron variedades como la Carmenérè, la Malbec o la Shyraz; eso si, adaptándose a la gastronomía local y por supuesto a un estilo de vida de donde fueron cultivadas. Estos vinos se volvieron también culturales, a su manera.

Variedades como la Mencía o la Nebbiolo del norte Italia son zonales, solo crecen en sus zonas históricas, lejos de esas zonas dan vinos de muy dudosa calidad o simplemente no reflejan toda la exuberancia que expresan en sus lugares nativos . Es por eso que si nos topamos con un vino del Bierzo, lo más probable es que tengamos un vino elaborado con la variedad Mencía, o si hablamos de Barolo tengamos un vino con Nebbiolo, aunque esa información no esté especificada en la etiqueta y para los consumidores, como ya hemos dicho, sea irrelevante. 

Los vinos son antropológicos. Si acompañamos un boeuf borguignon con un borgoña entenderemos porqué este vino es como es, o si probamos un lechazo de Valladolid (cordero muy pequeño que solo ha comido leche con un sabor muy potente) con un Ribera del Duero, toda la potencia de estos vinos cobrara sentido. Los vinos del viejo mundo dependen de un lento proceso de selección humana que maneja varios factores, como climatología, variedades, gastronomía, y por supuesto, actividades del ser humano. El vino es un producto cultural que ha sido diseñado a medida tras cientos de años… ¿Teniendo en cuenta esto, qué vino puede ser mejor cuando todos son tan diferentes?

En mi humilde opinión. Y teniendo en cuenta estos parámetros, no podemos hablar de el mejor vino. Va a depender mucho de varios factores, para un día caluroso de verano una buena alternativa podría ser un espumante, sea de Franciacorta, del valle del Maipo o de Champagne… Si estamos frente a un asado de carne de vaca, potente, madura, sabrosa sin duda un Malbec puede resultarnos una buena opción, o un vino con Cabernet Sauvignon o tempranillo. Para una noche de invierno mirando la tele una buena compañía podría ser un gran vino amontillado de Jerez. Recuerda que las opciones son tantas como las variedades de uvas que existen en el mundo.  Así que atrévete a buscar “tú” mejor vino, y no dejes que nadie influya en tu decisión. ¡Ni siquiera nosotros!


¡Salud!

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