Esta Semana Santa no la pasé en Asunción ni en la cocina pero sà encontré cosas más que interesantes dentro del paÃs.
Para comenzar, viajé con Julia y unos amigos a Pilar para unas merecidas jornadas de pesca. No conocÃa la ciudad, asà que todo era nuevo para mÃ. Una sorpresa.
La pesca rindió sus frutos, llegamos con pique de corvinas y picos de pato. Terminamos con 9 corvinas de buen tamaño y el resto al agua pato.
La comida en Pilar fue generosa y casi todo a base de surubÃ. Conocimos un restaurant que vendÃa unas milanesas de surubà bastante buenas y una milanesa de surubà rellena inigualable. Los precios no superaban los gs.25 mil (aprox U$D 5.00). En los almuerzos la parilla fue la protagonista, una ovejita bien acompañada por chutneys caseros y mostazas caseras (gentileza de asunciongourmet) nos hicieron sentir en el cielo.
El viernes santo fuimos un rato a Misiones, viajamos a Tañarandy (La Tierra de los Irreductibles) ahà en La Barraca de Koki Ruiz vivimos una de las experiencias más impresionantes de nuestra vida. La procesión de "la dolorosa" iluminada por un camino de velas de cebo y apepues que culminaba con una puesta en escena de las estatuas vivientes y el barroco efÃmero que caracterizan los viernes santos de San Ignacio Guazú.
El sábado luego de una nueva jornada de pesca fuimos a la Disco Viejo Almacén de Pilar y pasamos un buen rato con amigos. Hermoso lugar y buen ambiente.
Hoy la vuelta a casa, cansados pero con la alegrÃa inmensa de haber conocido gente linda y excelente, una ciudad hermosa como Pilar y el privilegio de haber compartido con más de 10 mil personas en San Ignacio una de las fiestas más famosas y hermosas de Paraguay.
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