Cualquiera que observe a Ferran Adrià puede pensar en el éxito. Quizá no paladear a qué sabe pero sí hacerse una idea de lo que representa triunfar en una carrera profesional. Lo difícil, cuando se profundiza en la observación, es pensar cuáles pueden ser los siguientes pasos. La respuesta podría estar en la Universidad de Harvard, donde el chef empezó a sellar ayer dos acuerdos que reconfirmarán su estatus en el mundo de la alta cocina y también impulsarán su faceta más filantrópica.
Adrià y el prestigioso campus trabajaron ayer en la redacción de esos dos compromisos de colaboración. Uno de ellos vinculará a la Universidad con El Bulli y el otro abrirá una cooperación del centro de Cambridge (Massachusetts) con la Fundació Alícia (Alimentación y ciencia), la institución impulsada por el chef y el cardiólogo Valentí Fuster y financiada por la Generalitat y Caixa Manresa, cuyo objetivo es promover la investigación para una alimentación más sana.
Los detalles de los acuerdos aún se estaban finalizando ayer, pero Adrià avanzó algunos a este diario en una conversación telefónica. A partir del mes que viene, por ejemplo, miembros de la Fundació Alícia viajarán al campus de Massachusetts y también en enero un estudiante de Harvard viajará a Catalunya para conocer personalmente El Bulli. Se planea crear además un modelo de curso de cocina y ciencia que, en palabras de Adrià, "será referencia tanto para científicos como para cocineros como para cualquier otra persona interesada" en esas materias. Se quiere, asimismo, publicar un libro a lo largo del año que viene.
Aunque es pronto para hablar de términos económicos relacionados con los acuerdos, englobados bajo el título Diálogo entre ciencia y cocina, Adrià se mostraba ayer satisfecho --a la vez que sorprendido-- de la mera existencia del pacto con Harvard. "Hace cinco años, algo así habría sido impensable --explicaba desde un despacho de una universidad con 40.000 millones de dólares de fondos--. Creo que da mucha credibilidad a lo que está pasando en la cocina española en términos de creatividad e investigación".
Si de algo parecía orgulloso Adrià es del acuerdo de Harvard con la Alícia. "En investigación los recursos son limitados", recordaba el chef, cuyo nombre se asocia a la alta cocina y a las élites, pero cuyas intenciones parecen ir más allá. Ayer, cuando se le recordaba el terrible dato actualizado sobre el hambre en el mundo, que sitúa ya en los 1.000 millones de personas a los afectados, Adrià se atrevía a dibujar su horizonte. "El futuro --dijo-- es ayudar".
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